El pogromo de Kiev en 1919 fue un evento trágico en la historia del pueblo judío. Durante tres días, el 27, 28 y 29 de enero, una turba enfurecida de civiles ucranianos y soldados del Ejército de Voluntarios de la Ucrania Popular arrasó con el Barrio Judío de Kiev, matando a más de 1.500 judíos y destruyendo miles de propiedades.
Este pogromo fue el mayor de una serie de ataques antijudíos que ocurrieron en Ucrania durante la Guerra Civil Rusa de 1917 a 1921. Durante este período, los nacionalistas ucranianos buscaron desesperadamente establecer un estado independiente, luchando contra los bolcheviques y los ejércitos blancos zaristas. En medio de este caos, los judíos fueron vistos como un chivo expiatorio conveniente para la frustración y la ira de la población.
El pogromo de Kiev en 1919 se desencadenó cuando los nacionalistas ucranianos intentaron tomar el control de la ciudad, que estaba siendo defendida por las tropas soviéticas. El Barrio Judío de Kiev, que se encontraba cerca de la estación de tren, fue atacado y saqueado, mientras que los habitantes judíos fueron brutalmente golpeados, violados y asesinados.
La mayoría de los judíos de Kiev se refugiaron en la Sinagoga de Brodsky, que había sido equipada con fortificaciones improvisadas. Sin embargo, los nacionalistas ucranianos lograron entrar en la sinagoga y masacraron a la mayoría de los refugiados, incluyendo mujeres y niños. Muchos cuerpos fueron arrojados al río Dniéper.
El pogromo de Kiev en 1919 fue un evento que tuvo consecuencias significativas en la comunidad judía de Ucrania. Muchos judíos huyeron a otras partes del país o emigraron a otros lugares, mientras que otros se sumaron a las filas del Ejército Rojo o de las fuerzas bolcheviques. El pogromo dejó también una profunda cicatriz en la psique colectiva de los judíos de la diáspora, quienes vieron en él la continuación de una larga y dolorosa tradición de violencia antijudía en Europa y el mundo.
A pesar de que los acontecimientos del pogromo de Kiev en 1919 ya han pasado cerca de un siglo, la memoria de estos hechos sigue siendo importante y esencial dentro de la cultura judía. A través de la conmemoración de este pogromo, recordamos que la persecución de los judíos no ha sido un fenómeno aislado, sino una realidad dolorosa y recurrente en la historia del pueblo judío.
Esperamos que este artículo haya sido una contribución valiosa en la comprensión de un evento trágico en la historia del pueblo judío. Si bien ciertamente no podemos cambiar el pasado, recordar estos sucesos nos ayuda a evitar que tales eventos se repitan en el futuro. Es nuestro deber mantener viva la memoria de aquellos que sufrieron y el compromiso para trabajar en la creación de un mundo más justo y pacífico.