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Amistades interreligiosas: cómo los gentiles pueden ser amigos de los judíos

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Amistades interreligiosas: cómo los gentiles pueden ser amigos de los judíos

En el mundo actual, la diversidad es una realidad innegable. En todo el mundo, encontramos personas de todas las razas, religiones y culturas. La Unión Europea, por ejemplo, alberga a ciudadanos de más de 20 países diferentes. Como tal, la convivencia y la amistad entre las diferentes religiones, culturas y personas es cada vez más importante. Pero quizás una de las situaciones más complejas que se dan en este contexto son las amistades interreligiosas, en particular entre judíos y gentiles.

Para muchos judíos, el contacto con gentiles puede llevar consigo una carga histórica y emocional. Durante siglos, los judíos han sido víctimas de persecución, opresión y odio. En muchos casos, esto ha sido llevado a cabo por aquellos que se identificaban como cristianos. Por tanto, la idea de intimar con no-judíos puede parecer aterradora e incluso imposible para algunos. Sin embargo, cada día es más evidente que la amistad es posible, y que puede ser muy valiosa tanto para los judíos como para los gentiles.

Lo primero que es importante tener en cuenta es que la amistad trasciende las barreras religiosas. La amistad es una relación humana valiosa basada en el respeto, la empatía y el amor. Estos aspectos son compartidos por todo ser humano, independientemente de su religión. Por tanto, la amistad entre un judío y un gentil es posible porque ambos parten de una base humana común.

Por otro lado, existe una importante enseñanza que invita a los judíos a entablar amistades con aquellos que no comparten su religión. Se puede encontrar en el Talmud, en la famosa frase que dice: "Cuando el Santo Bendito sea que creó a la humanidad, creó a cada uno de los seres humanos a su imagen". Esta idea se basa en la creencia de que Dios es el creador de todas las criaturas, y que cada ser humano es una manifestación de su grandeza. En consecuencia, todos los seres humanos son sagrados y merecen respeto. Por tanto, la amistad entre un judío y un gentil no solo es posible, sino que se puede ver como una manifestación de esta creencia sagrada.

Además, el judaísmo no ve a los gentiles como enemigos necesariamente. En realidad, existen muchos ejemplos en la Torá donde los judíos interactúan y trabajan con aquellos que no son judíos. Por ejemplo, Moshe, el líder de los hijos de Israel, estaba casado con una mujer no judía, Séfora. También, Rut, la bisabuela del rey David, fue una mujer no-judía quien se convirtió al judaísmo y queda como un modelo para la importancia de la amistad interreligiosa.

En la actualidad, muchos judíos han encontrado en la amistad con gentiles una fuente de felicidad, ayuda, crecimiento y aprendizaje. Y esto también es aplicable a los gentiles que tienen amigos judíos. A través de las relaciones interreligiosas, las personas pueden aprender sobre diferentes culturas, tradiciones y creencias. Pueden crecer en empatía, tolerancia y comprensión, lo que es especialmente valioso en un mundo donde la intolerancia y el odio son una amenaza constante.

En conclusión, la amistad entre judíos y gentiles es posible, valiosa y valiosa. Es verdad que puede haber obstáculos históricos y emocionales que superar, pero con empatía, respeto y amor, se puede lograr la conexión significativa. En un mundo diverso, la amistad entre diferentes religiones y culturas es una forma importante de fomentar el respeto, la tolerancia y la convivencia pacífica. Es un llamado a la responsabilidad, a reconocer la base humana que nos une más allá de lo que nos diferencia y a construir puentes de amistad en lugar de muros de intolerancia.